jueves, 1 de diciembre de 2011

El ánimo fluctúa como las olas, la luna también debe de tener la culpa (esto es pura autoterapia)

A veces no se puede. Me encierro necesitando salir. Me abrazo y con mis brazos no me alcanza. Dentro de tanto embrollo mental trato de buscar serenidad y esa estabilidad que quién carajos sabrá de dónde saco me dice que a veces no está tan mal estar triste. Que lidiar con la tristeza no es fácil, pero es mejor que no sentir nada. Aún así, a la idea tan trillada de "lo intranquilo se calma" le debo agregar algo que no se debe olvidar: lo que se calma oscilará de nuevo.
Nos volvemos un poco ciegos al estar afligidos ¿no? no vemos lo que está afuera, nos volvemos egoístas y pesimistas, nos quedamos absortos. Voy a salir.


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